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Ciencia ciudadana abierta, inclusiva y humana, que se apoya en procesos tradicionales como regar un planta, podarla o mandar una carta por correo.

Artículo originalmente publicado en el suplemento de ciencia y tecnología Tercer Milenio de Heraldo de Aragón el 26/11/2020. Consulta el artículo aquí.

Autora del artículo: M. Carmen Ibáñez Hernández de Fundación Ibercivis.

Vigilantes del Aire’ es un proyecto ciudadano que demuestra cómo, a través de una metodología novedosa, se puede dar a conocer la ciencia ciudadana de una manera participativa, exitosa, a la vez que vistosa. Gracias a la participación de los científicos ciudadanos, se utilizan plantas de fresa como estaciones de monitorización de la contaminación ambiental por metales.

El proyecto está liderado por la Fundación Ibercivis y el Instituto Pirenaico de Ecología, y es confinanciado por la Fundación Española de Ciencia y Tecnología, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España.

Una de las grandes características de esta iniciativa es que permite que participe una gran diversidad de personas usualmente alejadas de la ciencia convencional, dotando al proyecto del carácter inclusivo de la ciencia ciudadana. 

Estudios previos han demostrado que la concentración de metales en las plantas se correlaciona fuertemente con el volumen del tráfico, la presencia de trenes y tranvías, y la distancia a polígonos industriales con fuentes de emisiones. Aplicando técnicas magnéticas, podemos identificar la cantidad de metales acumulados en las hojas de estas plantas, estimando entonces la calidad del aire de su entorno.

Colabora con la ciencia cuidando una planta

El formato es atractivo (llévate a casa una maceta de planta de fresa y colabora con la ciencia, solo con cuidar la planta); sencillo (colocarla en un balcón o terraza y enviar un par de hojitas en el sobre franqueado que se entrega junto a la planta), y de gran alcance (válido para todas las edades, sin un conocimiento previo, independientemente de donde vivas, no solo participando a través de las plantas que repartamos, sino también con las propias plantas de su huerto).

En octubre 2019 se repartieron fresas desde la Fundación Ibercivis a Burgos, Cambre (Galicia), Granada, Barcelona, Vitoria y Aragón, gracias a entidades colaboradoras en cada zona, respectivamente: Oficina Verde de la Universidad de Burgos, IES David Buján en Cambre, Fundación Descubre, Ideas For Change, Centro de Estudios Avanzados e Ibercivis.

Fue en febrero de 2020 cuando los ciudadanos nos enviaron una muestra de dos hojitas de su planta de fresal, además de un formulario contándonos datos de ubicación de la planta. Dichas muestras fueron analizadas por los compañeros del Instituto Pirenaico de Ecología y el informe resultante está abierto al público.

Además se cuenta con mapas interactivos para conocer la calidad del aire en cualquiera de los puntos de la geografía española.

La edición actual convocó a embajadores, es decir, a entidades, ayuntamientos, comunidades de vecinos y colegios, entre otros, que desearan encargarse de recibir y repartir 300 plantas. La convocatoria fue amplia y se eligieron 17 que pueden consultarse en la web del programa.

Midiendo la calidad del aire

En España, la calidad del aire ya se mide en estaciones tanto profesionales como amateurs. Normalmente se utilizan tecnologías avanzadas en dispositivos electrónicos y sensores automáticos, o incluso aplicaciones en teléfonos inteligentes. Pero con esta iniciativa, queremos plantear una alternativa más abierta, inclusiva y humana, apoyándonos en procesos tradicionales como regar un planta, podarla o mandar una carta por correo.En el centro, ponemos a las plantas como seres vivos que todos podemos cuidar y mantener

Gracias al elevado número de plantas distribuidas, 5.000 en noviembre de 2019 y nuevamente 5.000 en la primera semana de octubre de 2020, se podrán mejorar y realizar nuevos mapas detallados en 2 y 3 dimensiones (a la largo de una calle y a diferentes alturas de los edificios), desarrollando métodos estadísticos y de modelado, para estimar la concentración de contaminantes en ambientes urbanos y correlacionarlos con factores como el tráfico, las calefacciones o la distancia de áreas industriales.

‘Vigilantes del Aire’ surgió como continuación del proyecto de ciencia ciudadana ‘Vigilantes del Cierzo‘, realizado en Zaragoza, que a su vez está basado en el proyecto ‘Airbezen’ de la Universidad de Amberes (Bélgica).

En esta edición, las fresas están en los balcones y ventanas de los participantes desde la primera quincena de octubre hasta fines de diciembre de 2020, para volver a contar con un informe de resultados en junio del próximo año.