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Un proyecto de ciencia ciudadana implica a los vecinos en la gestión eficiente de los residuos que se generan en Zaragoza.

Artículo originalmente publicado en el suplemento de ciencia y tecnología de Heraldo de Aragón Tercer Milenio, el 30 de julio de 2020.

La autora del artículo es Jorge Alba con la colaboración de la Fundación Ibercivis.

La foto que ilustra esta entrada es de Jorge Alba.

La mayoría de las empresas concesionarias de retirada de residuos basan sus rutas de recogida a través del testimonio de su personal, quienes establecen visitas periódicas fijas a los contenedores según su experiencia de llenado. Con la proliferación de distintos tipos de contenedores, cobra sentido la creación de rutas de recogida de residuos basadas en otros parámetros, como pueden ser la estacionalidad, la tasa de llenado o el día de la semana. Las rutas de recogida no optimizadas no solo suponen un gasto innecesario en mano de obra directa y materiales, sino que incrementan las emisiones de CO2 y propician un uso ineficiente de nuestros recursos.

El objetivo del proyecto Smart Trash 2030 -desarrollado en 2020 gracias a la II Convocatoria Ibercivis, que impulsa junto al Ayuntamiento de Zaragoza la ciencia ciudadana en la ciudad- es cuantificar y evaluar esta necesidad de optimización de las rutas de recogida, de modo que, a su finalización, se dispongan de datos objetivos para plantear rutas más eficientes

Ejemplos de estos datos son la tasa de llenado de los contenedores dependiendo del día de la semana y el porcentaje de emisiones de CO2 que se ahorraría con rutas programadas y sensorizadas. La participación ciudadana viene dada por la implicación activa de los vecinos, que evalúan los datos obtenidos por los sensores de llenado colocados en sus contenedores y que confirmarán la necesidad de modificar las rutas de recogida para hacerlas más eficientes.

Ciencia ciudadana accesible en Zaragoza

Este proyecto demuestra cómo, a través de la ciencia ciudadana, se puede buscar solución a problemas de nuestro día a día, como, en este caso, la gestión eficiente de los residuos que se generan en la ciudad. La contaminación acústica que se sufre en los cascos urbanos es también objeto de otro de los proyectos de ciencia ciudadana que se han desarrollado a lo largo del año 2020 con el objetivo de implicar a la ciudadanía en la búsqueda de soluciones a problemas muy concretos que nos afectan a todos.

En ambos casos con Zaragoza como escenario e impulsados por la Administración local y la Fundación Ibercivis, los responsables de los proyectos Smart Trash 2030, Jorge Alba, y Mapa de la Contaminación Acústica con IoT TTN, Enrique Torres, desarrollan sus ideas combinando tecnología y participación ciudadana.