Artículo originalmente publicado en el diario La Vanguardia el 28/10/2020, y sus autoras son Carmen Mínguez García y Marta Martínez Arnáiz, promotoras de la iniciativa Geovacui.
Más información en https://www.ucm.es/geovacui/
Una iniciativa conjunta de investigadores y ciudadanos permitirá podido sondear las causas y posibles propuestas de solución a la despoblación de la llamada España vaciada.
La crisis desencadenada por la Covid-19 ha puesto de manifiesto la relevancia que la ciencia tiene para la ciudadanía y la ciudadanía para la ciencia. La sociedad actual necesita información y oportunidades para mejorar su calidad de vida y buscar alternativas a un modelo económico y social cada vez más cuestionado, en el que el medio rural muestra su potencial, pero también sus grandes problemas e ineficiencias.
En los últimos meses, la Covid-19 ha concedido a la ciencia un gran interés social, al considerarla la única vía capaz de dar respuesta a todos los desafíos que la pandemia conlleva. Pero la ciencia no surge por arte de magia, en especial las ciencias sociales, cuyo fundamento es siempre la realidad. Además de requerir el trabajo y esfuerzo de los expertos y grandes dosis de inversión, tanto en formación como en investigación, la ciencia se nutre de datos cuyos generadores, ya sea de una manera consciente o inconsciente, somos muchas veces los miembros de la sociedad.
Diferentes metodologías científicas contemplan distintos grados de participación, siendo la Ciencia Ciudadana la única que crea una comunidad colaborativa de especialistas y ciudadanos implicados, que no solo recogen y generan información, sino que también participan en el proceso de análisis e interpretación bajo la coordinación y tutela de los investigadores y promotores del proyecto.
De esta manera, los participantes adquieren conocimientos y habilidades a partir de sus contribuciones, así como una cultura científica, fuertemente reclamada desde diferentes ámbitos durante el confinamiento de la primavera del año 2020.
Este beneficio mutuo, científico y social, ha llevado a la Comisión Europea a considerar la Ciencia Ciudadana como una herramienta fundamental para la creación de una sociedad participativa y colaborativa, capaz de generar conocimiento, así como de promover la educación científica y ambiental.
El proyecto GEOVACUI, financiado por la FECYT y desarrollado por profesores de la Universidad de Barcelona, Burgos, Málaga, Sevilla y Complutense de Madrid, es un buen ejemplo. Sobre una base metodológica geográfica, esto es, territorializada e integradora de los factores naturales y humanos, endógenos y exógenos, que conforman estos medios rurales de baja densidad y dinámica regresiva, se ha diseñado y puesto a disposición de la población una herramienta de participación que le permite expresarse.
Dar a la sociedad rural la posibilidad de participar en el análisis de su situación vital y territorial puede contribuir a clarificar el escenario de carencias y oportunidades que los espacios rurales despoblados presentan, y ello en un momento en el que han empezado a reivindicarse como espacios que quieren ser viables y alternativos al modo de vida urbano imperante en las sociedades desarrolladas.
Mediante una web creada a tal efecto, que permite la retroalimentación por parte de los investigadores y de los ciudadanos, se han podido sondear las causas y posibles propuestas de solución a la despoblación de la llamada España vaciada.
También se ha podido conocer la potencialidad productiva de los territorios, desde la multifuncionalidad que las sociedades desarrolladas reclaman de estos espacios, sin olvidar su tradicional función agraria. E incluso se ha indagado sobre la percepción de seguridad de los habitantes del medio rural en los tiempos del coronavirus.
Para ello se ha contado con una comunidad compuesta por cerca de cuatrocientos participantes residentes en su mayoría en municipios del interior peninsular, que han canalizado sus preocupaciones ante un problema, el de la despoblación y sus consecuencias derivadas, que les afecta directamente.
Estos ciudadanos responsabilizan en buena medida a la administración regional y estatal de la situación actual, consecuencia de la falta de oportunidades y empleo que revela una crisis funcional y la desarticulación económica. Consideran que la solución pasa por contemplar el medio rural con perspectiva holística, considerándolo un espacio productivo, pero también de decisión.
Además, muestran consenso al afirmar la necesidad de romper con los tópicos y dignificar las actividades económicas y la vida en el medio rural, así como al destacar la importancia del trabajo asociativo y colaborativo.
Estos resultados corroboran los estudios realizados con otras metodologías desde la academia y la administración, pero difieren en que GEOVACUI aporta una visión más humana y cercana, lo que hace que sea más realista, propositiva y crítica.
GEOVACUI demuestra la gran potencialidad de esta metodología, que posibilita la creación de un entorno de confluencia entre los ciudadanos y los científicos, cada vez más necesario en el proceso de generación y difusión del conocimiento, así como para crear una cultura científica.
Asimismo, confirman el interés que tiene el conocimiento geográfico, básico en la construcción de la sociedad actual, más respetuosa, equitativa y con mayor capacidad de decisión.