Seguramente ya hayas oído hablar de los Objetivos de Desarrollo Sostenible; eso es, ese círculo lleno de colores que has visto en la solapa de tu político preferido. Por si no lo sabes, los ODS son 17 objetivos y 169 metas a cumplir antes del año 2030. Los ODS fueron aprobados por la ONU el 25 de Septiembre de 2015 y abarcan áreas como el cambio climático, desigualdad económica, innovación, consumo sostenible, paz y justicia. Los objetivos parecen obvios, quizá demasiado: ¿quién no va a estar a favor de que la humanidad se desarrolle de una forma sostenible?, ¿quién puede estar en contra de poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo (Objetivo #1)?, ¿quién no querrá poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible (Objetivo #2)?, ¿cómo es que no los hemos alcanzado ya?. Las dudas surgen al analizar sus metas.
Para quien las lee, en la distancia, las metas se presentan en su mayoría como una serie de conquistas que algún héroe conseguirá para el bien de la humanidad. Pongamos algunos ejemplos: “duplicar la productividad agrícola”, “garantizar el acceso universal a servicios de energía asequibles, confiables y modernos”, “duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética”, “redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural del mundo”. Estas metas no se alcanzarán si no aparecen esas personas que las hagan suyas, que luchen por ellas y que sean capaces de arrancarlas de párrafos repetidos mil veces en periódicos y programas electorales. ¿Cúal es el problema?, que cada persona tiene sus ideales, sus metas y objetivos.
¿Y qué tiene esto que ver con la ciencia ciudadana?. La ciencia ciudadana es, en cierta manera, la herramienta que se da la sociedad para hacer ciencia sin ser científico (si eso es posible). Voy a decirlo mejor, la ciencia ciudadana es, como siempre ha sido, gente haciendo ciencia, sin más. La ciencia ciudadana permitirá que tú, junto a tu comunidad, seas ese héroe que puede atacar alguna de las metas que se describen en los ODS. Cuando tú estés estudiando cómo reducir el impacto ambiental de los residuos que produces estarás haciendo, aunque no lo sepas, ciencia ciudadana. Cuando, junto a tu asociación de vecinos, analices la calidad del agua de tu barrio, o te acerques a tu ayuntamiento a pedir los informes al respecto, estarás haciendo ciencia ciudadana.
Pero con la ciencia ciudadana puedes hacer mucho más, la ciencia ciudadana dice que no tienes por qué trabajar en las ideas de otros (aunque sean las de la ONU). Así pues, me atrevería a decir que falta uno. El objetivo #18 debería ser un objetivo en blanco, debería ser un objetivo que confía en las personas, en su criterio y en su capacidad que tiene todo ciudadano de marcarse sus propios objetivos. De esta forma, la ONU dejaría que te planteases tus propias metas, aquellas que de verdad crees importantes. Podrías compartirlas con tus amigos y familia, con tus redes sociales y compañeros de instituto. Trabajarías en ellas, pues serían tuyas, de la forma más eficiente posible.