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El Observatorio Ciudadano de la Sequía estudia la relación entre sequía y vulnerabilidad. ¿Qué capacidad tendremos de adaptarnos?

Artículo originalmente publicado en el suplemento de ciencia y tecnología de Heraldo de Aragón Tercer Milenio, el 13 de mayo de 2021. Puedes consultar el artículo aquí.

Laguna de Medina (Jerez de la Frontera, Cádiz).
Jesús Vargas Molina

La autora del artículo es Pilar Paneque Salgado Catedrática de Geografía Humana de la Universidad Pablo de Olavide, especialista en recursos y riesgos hídricos, gobernanza y participación pública y directora del grupo de investigación Global Change Research Lab (@GlobalChangeRL).

En el contexto actual, en el que el cambio climático se impone como protagonista y reto principal de la sociedad global, el mejor conocimiento del riesgo de sequía -uno de los más silenciosos y difusos- se convierte en un objetivo científico y político central, al quedar constatado que aumentará su frecuencia e intensidad y que solo podrá enfrentarse con medidas de adaptación muy profundas.

El proyecto del Observatorio Ciudadano de la Sequía, financiado por la FECYT, persigue, por un lado, avanzar en el conocimiento de las sequías y, en particular, de la componente del riesgo más directamente relacionada con la esfera social e institucional: la vulnerabilidad. Por otro lado, el proyecto se propone desarrollar una metodología que facilite la participación de la ciudadanía para calcular indicadores de percepción social y de opinión pública que resultan indispensables para conocer nuestra capacidad de adaptación al riesgo de sequía, así como la creación de un espacio de deliberación sobre medidas de gestión.

El Observatorio se coordina desde la Universidad Pablo de Olavide y en él participan trece investigadores de un total de siete centros de investigación. Se trata de un equipo con un marcado carácter interdisciplinar que cuenta con una larga experiencia en el desarrollo de metodologías, técnicas y herramientas participativas, deliberativas y de ciencia ciudadana (evaluación multicriterio social, barómetros de opinión pública, análisis de discursos, mapas cognitivos, jurados ciudadanos, cartografías colaborativas, etc.).

El proyecto surge tras dos décadas de trabajo en torno al binomio agua-territorio y a las nuevas formas de gobernanza que exige la gestión de recursos y riesgos en un momento caracterizado por la variabilidad, la incertidumbre y el cambio. En estos años, la necesidad de incorporar la participación ciudadana en los procesos de planificación es reclamada por la ciencia y la sociedad y logra normativizarse y abrirse paso, no sin dificultades. Resulta indispensable que la ciudadanía cuente con información accesible y comprensible, pero, en materia hidrológica, esto sigue siendo una asignatura pendiente. Por tanto, el Observatorio Ciudadano de la Sequía persigue, como fin último, contribuir a la generación de opiniones informadas y a la cualificación del debate público.

Para ello, hemos desarrollado un geovisor web de las cuatro demarcaciones del sur peninsular —que iremos ampliando— que facilita el acceso a información hidrológica, climática, de planificación y gestión de sequías, así como del índice de vulnerabilidad a este riesgo, del que también hemos publicado su metodología de cálculo. En este cálculo resulta esencial incluir indicadores de percepción social y opinión pública, para lo que hemos diseñado un cuestionario, que os animamos a responder. Ya hemos comenzado a analizar las primeras respuestas, en las que se constata, a modo de ejemplo, la débil información con la que se cuenta sobre algo tan básico como el reparto del agua entre sectores, que condiciona la valoración que se realiza sobre las medidas de gestión más eficientes y que debilita el debate público y la interlocución con las administraciones responsables.

Además, el Observatorio Ciudadano de la Sequía se diseña como un espacio colaborativo en el que facilitamos no solo la consulta y la participación, sino también el aprendizaje mutuo, para lo que adquieren un gran protagonismo los conocimientos locales. Cualquier persona puede compartir información para su análisis, publicación y difusión o enviarnos material gráfico sobre situaciones específicas de su geografía que le ayudaremos a narrar de forma visual a través de la elaboración de Story Maps. En la segunda fase del proyecto, que iniciamos ahora, trabajamos también en el desarrollo de un chatbot, basado en inteligencia artificial, que dará asistencia de forma interactiva y que permitirá registrar qué nueva información demanda la ciudadanía.

Inauguramos el portal web hace un mes y medio y ya cuenta con más de 12.500 visitas, lo que da una idea de la buena acogida del proyecto. Además, hemos comenzado a articular una comunidad -que hasta el momento suma más de veinte organizaciones de naturaleza muy diversa, a la que puedes unirte-, que se convierte en una pieza fundamental para fortalecer el espacio creado por el Observatorio Ciudadano de la Sequía.