Es una aplicación que se activará en enero y que permitirá interpretar algunos de los espacios más emblemáticos del patrimonio aragonés desaparecido o en ruinas.
Artículo originalmente publicado en el suplemento de ciencia y tecnología Tercer Milenio de Heraldo de Aragón el 3 de diciembre de 2020. Puedes consultar el artículo haciendo click aquí. La autora del artículo es Isabel García Macías.
Es un prototipo, pero la recreación virtual de la cripta y panteón real del castillo de Montearagón (Quicena) da una idea de lo que la aplicación Aragón Open Air Museum ofrecerá a quienes quieren acercarse hasta el patrimonio aragonés desaparecido o en ruinas. Después de cuatro años de trabajo el proyecto ya está terminado y ahora se dan los últimos retoques.
El desarrollo de esta app implica principalmente a los grupos de investigación del Gobierno de Aragón Argos y al Observatorio de Arte en la Esfera Pública. Está financiado por el Ejecutivo Autonómico y la Unión Europea (Feder). La investigadora principal del proyecto es María Pilar Rivero Gracia, profesora titular de Didáctica de las Ciencias Sociales en la Universidad de Zaragoza.
La interfaz de la aplicación ya está lista y durante este mes de diciembre se están volcando los contenidos para que puede utilizarse en enero de 2021. Para empezar, Aragón Open Air Museum permitirá conocer el mural arte urbano en Zaragoza, Bílbilis y Labitolosa y los castillos de Peracense y Montearagón.
Darío Español, profesor de Didáctica de la Historia y el Patrimonio en la Universidad de Zaragoza, explica que se ha elegido una serie de bienes de «patrimonio emblemático en Aragón» para desarrollar lo que será «una visita completamente novedosa para el turista». Estos recorridos incluyen la web 4.0, que permite interactuar a los usuarios a través de comentarios.
Según ha comentado Español, este proyecto es pionero en Aragón. «La aplicación es un geolocalizador que permite moverse por determinados itinerarios y que en cada uno de los puntos importantes ofrece información ampliada mediante contenido audiovisual (documentales), recreación en 3D y realidad aumentada o virtual». «Los actuales recursos tecnológicos posibilitan que podamos ver lo que ya no está», añade.
Este profesor señala que la coordinación del proyecto ha correspondido al HPLab (Laboratorio de Desarrollo, Historia y Patrimonio, Universidad de Zaragoza), el BIFI de la Universidad de Zaragoza y la Fundación Ibercivis . Sobre el resultado final, destaca que «no se trata de contar lo que ya sabemos, sino de dejar con la boca abierta al turista y al consumidor cultural».
Español insiste en que la novedad de esta propuesta radica en que «es un proyecto de transferencia de conocimiento que parte del mundo académico para contribuir al desarrollo del territorio a partir del pasado«. «Se trata de reconstruir espacios que ya no existen y, así, alargar la vida del patrimonio», añade.
Ocho meses de trabajo
El castillo de Montearagón, que mandó edificar el rey Sancho Ramírez en el siglo XI para la conquista de Huesca, se ha reconstruido en su totalidad de forma virtual. En esta tarea se ha trabajado durante ocho meses a partir de la documentación existente. «Contando con quienes más han publicado sobre ello, contrastando hipótesis y basándonos en modelos similares de la misma época hemos recreado la cripta con el panteón real y la estructura de alrededor, la torre albarrana, la muralla, los tres claustros que había», detalla Español.
Sobre la reconstrucción de la cripta, explica que la dirección científica la ha llevado Lorenzo Mur, profesor de la Universidad de Zaragoza, que hizo su tesis doctoral sobre Montearagón. «También nos ha asesorado Antonio Turmo, arqueólogo y presidente de la Asociación Amigos del Castillo», apunta.
En la imagen,llama la atención el sepulcro de Alfonso I el Batallador, recreado a partir de la pintura realizada por Valentín Carderera en el siglo XIX, antes de su desaparición. También sorprenden las pinturas murales, «extraídas de contextos coetáneos y que, según los estudiosos, son las más cercanas a las que decoraron este espacio».