La implicación de la ciudadanía en la observación de la realidad ambiental es una respuesta social adaptativa al cambio climático. El desarrollo y estandarización de métodos para la toma de información puede resultar complementaria y de gran valor, en el estudio del cambio climático por parte de la ciencia.
La floración de los sauces, la temperatura del río, la primera nevada o la llegada de las golondrinas. Muchos de los cambios que suceden en la naturaleza pueden servir como indicadores del cambio climático, simplemente registrando datos de una manera homogénea y llevándolo a la cabo muchas personas.