De una estación meteorológica a un sistema de aprovechamiento de agua. Proyectos motivadores, diseñados y llevados a cabo por el alumnado.
Artículo originalmente publicado en el suplemento de ciencia y tecnología Tercer Milenio de Heraldo de Aragón, el 09/09/2021. Puedes consultar el artículo aquí.
El autor del artículo es Cristián Ruíz, en colaboración con tercer MIlenio.
En los últimos años ha emergido un enorme interés por incorporar en los currículos educativos el pensamiento computacional y la robótica educativa, desde la etapa de infantil hasta bachillerato. Es cierto que las iniciativas son desiguales entre las diferentes comunidades autónomas y que desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional, la gran apuesta es la formación a docentes desde el INTEF a través de la Escuela de Pensamiento Computacional e Inteligencia Artificial, en la que tengo el placer de participar y comprobar que el nivel de los docentes tutores es altísimo así como la calidad de los recursos puestos a disposición de los profesores.
Mientras se sigue esperando una propuesta común a todo el territorio nacional a través de la nueva ley educativa que ahora mismo se encuentra en trámite, en los colegios no podemos estar esperando a estas propuestas y son muchos y variados los ejemplos de proyectos educativos para la enseñanza de estas materias. Tal y como hemos comentado, la clave de este tipo de aprendizajes es el pensamiento computacional, un constructo joven aunque ya con mucha literatura científica, gracias al cual trabajamos habilidades del pensamiento como la resolución de problemas, el pensamiento algorítmico, la descomposición de problemas grandes en problemas más pequeños, el pensamiento abstracto o la evaluación y depuración, entre otros. Todas estas habilidades cognitivas son transversales a cualquier área del conocimiento y son un elemento clave en el proceso de enseñanza y aprendizaje de nuestros alumnos.
Para ir trabajando el pensamiento computacional, los docentes utilizamos diferentes estrategias, herramientas y lenguajes de programación, en función de la edad. Podemos enseñar con actividades ‘unplugged’ (sin tecnología), con herramientas de programación en bloques como Scratch o code.org en educación primaria, o podemos pasar a lenguajes de alto nivel como Python, Arduino o Java con los más mayores, algo que les sería muy útil para cualquiera que quiera realizar una ingeniería.
Pero la siguiente cuestión que se plantea ya en etapas como ESO y Bachillerato, donde los alumnos ya llevan una serie de años ‘programando’, es ofrecer proyectos motivadores, que trasciendan las pantallas, que puedan ser diseñados y realizados por ellos mismos y donde puedan crear cosas que aporten algo a la sociedad. Solemos hacerlos en el Maker Space y en ocasiones son parte de proyectos para alguna asignatura u otros son parte del proyecto ‘Robótica en Familia’, que nació hace siete años para ofrecer un espacio donde padres e hijos puedan aprender y realizar proyectos juntos. Aquí es donde la ciencia ciudadana nos ha ayudado a hacer proyectos realmente espectaculares y donde se han dado todo tipo de asociaciones para realizar algunos de estos proyectos que os presentamos. Al igual que nosotros hemos podido hacerlos realidad, son perfectamente replicables en cualquier otro espacio. Vamos a enumerarlos a continuación con sus respectivos enlaces para que podáis ampliar toda la información que necesitéis.
Welltech
En el proyecto Welltech, tres alumnos hicieron una gran estación meteorológica que monitoriza datos como temperatura, presión, humedad, velocidad y dirección del viento y concentración de CO2, todo ello alimentado con baterías y placa fotovoltaica, así como un sensor de aula que mide parámetros como la temperatura, la humedad, el ruido y la concentración de CO2 en el aire. Ambos dispositivos emiten por nuestro punto LoraWan y los datos son publicados en ThingSpeak en tiempo real, con el beneficio que supone para el resto de la comunidad educativa de disponer de estos datos.
Smart Hydroponic
Estamos muy orgullosos del proyecto Smart Hydroponic porque fue realizado por un grupo de familias en el Maker Space durante un curso escolar. La verdad es que quedó espectacular y este año ya lo hemos puesto en marcha con diferentes plantas. Controlado por Arduino y con unos cuantos sensores. Nos presentamos a un concurso de aprovechamiento de agua y tuvimos la suerte de ser los ganadores.